Objeto común pero también ceremonial, este instrumento acompañó a los Chokwe que lo llevaron como colgante, a veces durante varias generaciones, lo que ayudó a pulir su superficie. La cabeza esculpida representa a un jefe que porta la corona chipangula. Tocados por varias personas, los silbatos, producidos en gran número, se utilizaban no sólo durante el baile sino también durante la caza para llamar a los perros y también en la guerra. Gracias a los pocos sonidos que emitían se intercambiaba información de un lugar a otro. Asentados pacíficamente en el este de Angola hasta el siglo XVI, los Chokwé estuvieron entonces sujetos al imperio Lunda del que heredaron un nuevo sistema jerárquico y el carácter sagrado del poder. Los Chokwé no tenían un poder centralizado sino grandes jefaturas. Fueron ellos quienes atrajeron a los artistas que deseaban poner sus conocimientos al servicio exclusivo de la corte. Los artistas crearon tantas piezas variadas y de tal calidad que la corte de Lunda sólo las empleó. br> Pátina oscura brillante.
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